sábado, 6 de diciembre de 2014

In Sanz we trust

Fin de semana, nuevo domingo, nueva jornada, nueva visita al Heliodoro cargada de ganas de sumar, mil razones por las que querría que mi Tete estuviera arriba pero… ¿a qué toca aferrarse esta semana para ganar? ¿Qué excusas tendremos el lunes si no acabamos con el Racing?

Allá por agosto era eso de que el equipo no arrancaba, de que hacia falta que rodaran todos juntos y esas cosas. Pero no, estamos llegando ya al fin de la primera vuelta y, si hay algo que todos tenemos claro, es que el Tenerife, juego lo que es juego, pues no tiene mucho –por no decir nada-.


Seguidamente, teníamos la excusa del portero. Jacobo, ni por asomo, Roberto, una de cal y otra de arena. ¿Cuántos puntos ha perdido el Tenerife durante esta campaña por fallos imperdonables en puerta? Muchos. Ahora, que parece que con Carlos las cosas van “mejor”, tampoco sumamos de tres. Pues vaya.

El ‘Cervera-culpable’, está claro, también tenía que salir en estas jornadas. Y es que, dirían muchos, con este entrenador no vamos a llegar a ser más que un equipo rácano, mediocre y que hace ‘cerveradas’. Yo discrepo, y bastante.

Pero como mi opinión no es más que eso, un punto de vista, me remito a lo que el propio míster dijo esta semana, rompiendo su silencio, en los micrófonos de Radio El Día: “Cerverada es si sale mal; si no, es tan sólo una prueba del entrenador”. Que sigan hablando.

Ojo que también tenemos para la grada. “El estadio vacío lo tenemos que llenar, con un buen ambiente  ganamos fijo, pero el tiempo no ha ayudado”, forma parte del argumento de la cuarta excusa. “Verás que este domingo la gente se anima, que estamos de puente”, como máxima a la que aferrarnos y rascar algo que nos aleje del farolillo rojo mañana.

Foto: Deporpress


Pero, como hemos tenido poco con responsabilizar a los Guarrotxenas, los Ricardo, los Suso y los Cristo Martín, hoy voy más allá. Hoy me encomiendo al todopoderoso Aitor Sanz, que vuelve a la convocatoria después de tres semanas ausente por un esguince de rodilla. No es que el madrileño sea un dios, aunque a veces lo parezca, pero, puestos a pedir, necesitamos algo en lo que confiar esta semana, ¿no?

Hace de motor, respira y corre como si tuviéramos uno más en el campo, no permitiendo que el rival este cómodo en ningún momento. Sí, creo que este domingo nos podemos permitir el lujo de, por pedir algo, pedir que nos salve Sanz.

Si con él tampoco se consigue sumar de tres, el lunes aprovecharemos  el festivo para hablar del árbitro, de los prestamos de dudoso cobro – y dudosa ética- que ha otorgado el club y, como no, de que a nosotros nos hubiera gustado más que hubiera jugado fulanito o menganito.

Pero así es, así somos. Para llenar el estadio no necesitamos que más gente decida rascarse el bolsillo, sino promociones que lo permitan. Necesitamos, además y sobre todo, resultados.

Tampoco creo que sea necesario decirle adiós al míster. Si sus propios jugadores no lo quieren así, ¿quiénes somos los que estamos por fuera para decirlo?. Cuando los pesos pesados del vestuario lo quieren entre nosotros, por algo será.

Más allá de toda reflexión, compartida o no, aquí todos buscamos lo mismo. Volver a sumar, y ya da igual si se hace con el jogobonito de Guardiola (Dios nos libre que eso pase en el Heliodoro y haya muertes por infarto) o con el aburrido y defensivo de Capello.

Inténtalo Tete, alégranos el finde.


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