Empate de corazón

In extremis en las dos partes. Con más corazón que calidad. Con empuje, ganas, con ilusión. Porque calidad no nos sobra, pero de todo lo anterior, no nos puede faltar. Y hoy, ¡AL FIN!, hemos demostrado que también podemos luchar y combatir. Así, sí.

Minutos

"El minuto es una unidad de tiempo que equivale a la sexagésima parte de una hora. También comprende 60 segundos. Su símbolo es min (adviértase que no es una abreviatura: no admite mayúscula, ni punto ni plural). El símbolo de la comilla simple ' se emplea para el minuto como sexagésima parte de un grado. Su empleo para indicar el minuto de tiempo está muy extendido, pero es erróneo" . Eso dice la Wikipedia. Yo, que soy del CD Tenerife, me permito ponerlo en duda.

Me niego

Minuto 89 de un partido fuera de casa; marcas y consigues el empate: ¡Qué fiestón!. Lo merecías, habías luchado, ¡estábamos fuertes!. ¡De este equipo se podía sacar algo!. Una semana después, ese mismo Tenerife, aburría hasta a los santos en un Rodríguez López que, con toda la razón del mundo, pitaba antes del descanso. Y es que, en esta casa, de la fiesta a la siesta, hay un paso.

Foto: El Día

La vuelta de las sonrisas

Hemos vuelto; mi sonrisa y yo.
Hablando en estas líneas, en este espacio, saben por donde van los tiros. Y es que después de ganarle 3-0 al Mirandés, no es para menos. Ya no tanto por ganar de una manera 'contuntente', sino por el buen rollito del Rodríguez López.

Avalancha blanquiazul

Ha llegado el día, el que llevamos esperando toda la temporada. No porque nos juguemos 42 jornadas en casi 90 minutos, no porque venga un equipo que ya es de Primera División. No; ha llegado el día en el que una avalancha blanquiazul llenará el Heliodoro y remará en una sola dirección. ¡Por fin!

Más allá de lo que ocurra en el verde, del resultado que se consiga o no, el día de hoy merece ser analizado. Y es que, a los 8.000 (tirando por lo alto) que vamos todos los domingos, nos va a sorprender tener tanta compañía en la grada.

Ahora bien, ¿a qué se debe esta triplicación en ventas? Pues, sin lugar a dudas, al precio. Creo que, hasta aquí, no hay debate. A pesar de ser esto una buena noticia, las redes esta semana se han llenado de comentarios dignos de análisis. Yo, la primera.

¿Qué tal más aficionados siempre y menos precio? Teniendo en cuenta que los partidos son televisados, atraer gente al Heliodoro por un mínimo de 15 euros no es que sea tarea fácil.

Por otra parte y sin desviarme del tema, puedo llegar a entender al consejo de administración. Para mí, que en agosto hice un esfuerzo por desembolsar íntegramente lo que costaba mi abono, puede resultarme 'doloroso' que el que vaya partido a partido pague menos. Con estos precios populares instaurados en la última jornada, hubiera ocurrido. Y sería una injusticia.

Con esto, desde mi humilde opinión, el Club debería replantearse, desde ya, cuáles son los precios a poner la próxima temporada, tanto si nos salvamos como si caemos en el abismo. Porque, demostrado está, a menor precio, más gente en las gradas del recinto capitalino.

En este sentido, no es que me muestre contraria a las promociones que se han instaurado en las últimas jornadas, sino que habría que apostar por ellas desde un inicio y para todos igual. Y no, no estoy dando el coñazo, hablando por hablar, sino invitando a la reflexión de los que mandan.

Por último, no quiero acabar estos párrafos sin hacer una especial mención a aquellos que ladran y ladran porque "nos vienen a invadir". "Es que yo vengo todo el año y esos no van a volver a aparecer", "son como los que vinieron en primera y después se borraron".

Valorar la situación de cada uno y dejarnos de hablar sin saber nos hace grandes. Igual los 17.000 "agregados" pertenecen a ese 33% de canarios que está en paro. Igual, otro tanto, no pudo venir la semana pasada cuando las entradas costaban 7, pero el partido era a las 20.00 horas un domingo. Sus excusas, igual que las de 'los de siempre', son válidas aunque no nos gusten.

Dejemos ser y seamos, disfrutemos de un bonito último partido de temporada. Reflexionemos de qué manera esta imagen puede convertirse en algo más habitual y no ser un bicho raro, un acontecimiento extraordinario.

Vamos, que hoy hay que ganar.

¡Feliz tarde blanquiazul!

Érase una vez

Érase una vez una pesadilla que amenazaba con hacerse realidad. Un día más en el estadio, unas caras largas, una historia que parece tener un fin espantoso, una Liga que comenzó mal y no tiene pinta de acabar mejor. Érase una vez un equipo que no ilusionaba, que cada domingo ponía decepciones en los rostros de unos 7.000 chicharreros. Érase una vez mi Tenerifito, un club que cae, decae, y no parece hacer nada por remontar.

Respirar voley, hacer historia

Era yo una enana cuando corría a los pies de la cama de mi madre, después de comer, para ver qué decían las noticias de aquel equipo que había conquistado Europa, de las chicas que habían hecho del CV Construcciones Marichal el club más laureado de la historia de España.

Apenas un rato después del informativo, me iba corriendo a la pista (de piche, por supuesto), a ver si ese día conseguía meter todos los saques, o podía recibir más balones que la tarde anterior, siempre con la ilusión de que ese deporte, el que para mí era el mejor del mundo, pudiera ser tan importante como el fútbol. No porque para mí no valiera, sino precisamente por lo contrario: nos valía a pocos.