domingo, 25 de octubre de 2015

Empate de corazón

In extremis en las dos partes. Con más corazón que calidad. Con empuje, ganas, con ilusión. Porque calidad no nos sobra, pero de todo lo anterior, no nos puede faltar. Y hoy, ¡AL FIN!, hemos demostrado que también podemos luchar y combatir. Así, sí.


Porque, sin duda, lo de esta tarde ha sido un empate de corazón, donde el fútbol, en muchos minutos, ha brillado por su ausencia. ¿Nos vale así? Depende cuál sea nuestro objetivo. Lo que está claro es que, empatar al líder con 9, nos dará moral.

Moral para no perder 45 minutos de cada encuentro, algo que pedía ayer casi por favor y hoy se ha cumplido, moral para que los que tenemos arriba sean capaces de reventar las redes sin titubear y darnos esos puntitos que nos darán la salvación.

Ganas y entusiasmo para atrevernos con los chiquititos, con los peques de la casa, con esos que nos han demostrado que, aunque sea asumiendo riesgos, podemos hacer cosas bonitas. Hoy dormimos, de nuevo, en descenso porque nos lo hemos ganado, porque no hemos sido capaces de sumar más de 10 puntos en 10 jornadas, pero con una sensación menos mala que otros domingos.

Me niego a culpar a los árbitros, aunque en Zaragoza fuera de escándalo, y me niego asimismo a echar un 200% de la culpa al entrenador, que se equivoca constantemente, que falla, que saca a un fantástico Cristo y permite que Pedro Martín se arrastre por el campo. Porque el empate no nos lo han dado los extremos, las quejas o los lamentos, sino el corazón.

Nos falta calidad, nos falta ser los mejores, pero podemos jugar a que, a entusiasmo, no nos gane nadie. ¿Funcionará?

No quiero acabar estas líneas sin el reconocimiento a un Nano que salió en camilla del Rodríguez López, no sin antes dar todo los minutos que lo dejamos. ¡Que no sea nada!.

Sonará oportunista, pero se ha quedado la noche perfecta para entonar eso de "con cantera, si se puede".



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