Horrible, pesado, soporífero, atascado, desastroso. Si tratara de describir el partido de ayer entre el Tenerife y el Numancia, mi crónica oscilaría entre estos adjetivos. Igual usaría alguno más, pero de la misma índole.
Insistiendo por la derecha y con una improductiva y constante combinación entre Hugo, Jorge, Moyano, Sanz y Suso, los de Cervera no pudieron batir a un Numancia que tampoco se esforzó en abrillantar la tarde.
Viendo el panorama, el punto fue lo mejor que en la tarde de ayer pudo suceder en el Heliodoro. Eso, y que los más de 8.500 espectadores que ocupaban las gradas del Rodríguez López sobrevivieran, sin convertirlo en siesta, a esa película de terror.
Decepcionados, enfadados e impotentes, así abandonaron los birrias el recinto capitalino. Con la cabeza fría, hoy encuentro un atisbo de luz entre tanta oscuridad: Víctor y Jorge, otros tantos de los que, sin llegar a exageradas idoltatraciones, demuestran que los de aquí también valen.
En el banquillo, al parecer, están tan perdidos como lo están en el verde. Su falta de soluciones se traduce en falta de ideas. Si a eso le sumamos que tampoco se corre con la garra y el corazón que un equipo en estas condiciones merece, apaga y vamos.
Para bien, o para colmo, esta semana el Heliodoro acoge una nueva cita. El sábado, la Ponferradina. Esperar una mejor entrada, un mayor apoyo, un total empuje, imposible.
El juego, pues eso, los precios, no ayudan. Más allá de la aplaudida en este espacio #FuerzaHeliodoro, el club sigueinmóvil en cuanto a abonos de segunda vuelta y promociones se refiere. Su estrategia en redes sociales, merece, más que unas líneas, una biblia.
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