Increíbles paredes forradas de libros y colores hacen de ella un lugar mágico y digno de ver. Como curiosidad, cuestionándonos por su cuidado y mantención, se le preguntó a la funcionaria, que se encargaba de vigilar que no sacáramos nuestras cámaras a pasear, por la conservación de los libros. "En el techo de esta biblioteca viven murciélagos, que vienen por las noches. Son ellos los que se comen las bacterias que hacen que los libros se estropeen. Es por ello por lo que siguen estando en buenas condiciones".

Y a pesar de no poder tomar ninguna imagen de tal bello lugar, me remito a Google, ese queridísimo amigo que todos admiramos, para mostrarles y recomendarles este rinconcito allá en lo más alto de la ciudad de los estudiantes portugueses por excelencia.

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