lunes, 18 de noviembre de 2013

A mí, me huele a derby

Lunes, de los extraños, de los raros. De los que empiezan oscuros pero bien temprano, de los que vienen cargaditos de noticias, buenas y malas. Especial porque tiene una nota de color. Color azul y también blanco, con unos pocos reflejos amarillos.

Esta mañana, mientras algunos afortunados se dirigían a sus puestos de trabajo, 250 aficionados se agolpaban en las taquillas del Rodríguez López, con el único objetivo de conseguir las entradas para ese Tenerife- Las Palmas que se disputará el próximo 4-D.
Foto: Diario de Avisos


Parecía por un momento, y a simple vista, que la crisis había desparecido, que no teníamos un 30 y pico por ciento de paro en las islas y que aquí no pasaba nada. Pero no, precisamente por la maldita crisis, estaba esa gente allí.

Gente que, si no consigue la entrada más barata para los no abonados (25 euros), pierde toda esperanza de ver el enfrentamiento entre los dos equipos canarios, pues no se pueden permitir más. Sintomático es que, a estas horas de la tarde, aún no se haya colgado el cartel de ‘no hay entradas’ en las antiguas Gol y Anfiteatro.

Destaca también el hecho de que la mayoría de los presentes, estaban allí con sus abonos. La posibilidad que se le da al socio de comprar una entrada a precio ‘asequible’, a partir de 15 euros, será la que salve –al menos un poco- un derby que se prevé soso y descafeinado.

Me quedo con la historia de un señor que habrán oído en muchas radios. De Buenavista del Norte y abonado desde el 63, subía esta mañana a buscar su entrada para no perderse al equipo de sus amores en que parece será la cita más importante del año. Le parecía bien que se le cobrase el socio, dada la situación económica blanquiazul, pero abaogaba porque una vez pasada esta fiebre, los precios en general disminuyesen y el Heliodoro volviera a ser el de los viejos tiempos. Una clara filosofía del más vale 20.000 a 10€ que 10.000 a 15. Humildemente, yo me sumo.

Y, mientras aquí se arman colas, los amarillos se quejan del abusivo precio de las entradas para los visitantes. Deberían recordar, sin embargo, que el precio es ‘pactado’ por ambos clubs y que los pio pio pagarán menos por una entrada en San Sebastián que lo que hará un chicharrero. Y eso, amigos, creo que es más que suficiente.

Por otra parte, se acerca la fecha y empieza a resurgir esa nostalgia por saber que, ciñéndonos a medidas legales, no va a haber tifos el gran día. Cuando el Tenerife lo prohibió, quedaba lejano ver el Heliodoro sin color. Nos preocupamos, pero volvimos a centrarnos en lo deportivo, que al fin y al cabo, dicen, es lo que cuenta.

Ahora, a tan solo 15 días del encuentro, se hace prácticamente inimaginable que las gradas no pongan los pelos de punta al aficionado con alguna frase que pase a la historia o algún dibujo increíblemente elaborado.

Se acerca, ya huele. El aficionado lo siente y empiezan las primeras quinielas en la calle. El cosquilleo del blanquiazul, y también del grancanario, se empieza a instalar en los estómagos ante la vuelta de un derbi que se fue con el descenso del Tenerife a 2ª B. Pero vuelve. Y lo hace con ganas.

No me quiero despedir sin antes dar un par de apuntes. En mi ‘ausencia’, dos chicharreras, Carla Mesa  y Clara Siverio , han ganando en tierras vascas el mundial de Padel. ¡Enhorabuena!. También felicitar a los 4000 participantes que ayer corrieron en Santa Cruz la carrera del Corte Inglés. En los tiempos de play y Wii en los que vivimos, ver a tanto chiquillo haciendo deporte, es un logro para todos. Tampoco me olvido del Desafío Canarias, que arranca el domingo con Darío Dorta en Lanzarote. Pero eso, se los cuento mañana.

Keep smiling! =)



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