lunes, 7 de abril de 2014

Derecho a soñar

Ayer cuando llegaba al estadio, sofocada y apurada, como siempre, me encontré en Popular baja demasiado movimiento. No sabía a que se debía, pero, con la mosca detrás de la oreja, desaceleré hasta que una lona azul con letras blancas se desplegó sobre el sector habitado por el Frente Blanquiazul. Nada despampanante, nada que ver con los impresionantes tifos que acostumbran. Pero cargado de ganas. Un simple mensaje, una ilusión: Derecho a soñar, rezaba. Sonrisa en cara y grabando la frase a fuego, me dirigí a mi sitio, a disfrutar de 90 minutos de sol. Digo, de fútbol.




La realidad es que si hablamos de lo que pasó con el balón, con mentar tan solo los 45 primeros bastaría de sobra. Algún perla del niño de la casa, al que la grada le pedía a gritos que se quedase, el gol de un titular Juanjo que no falla cuando tiene la oportunidad y la confirmación de Aitor Sanz como pulmón de este equipo.

Por su parte, Ricardo, el fichaje más polémico del pasado verano en las aguas blanquiazules, salió aplaudido del verde. Que no estaba para jugar cuando vino era un hecho, pero, al césar lo que es del césar, y el de La Longuera es ya una pieza más de este engranaje que nos hace soñar.

Lo de Suso, merece mención aparte. Recorriendo el campo de puerta a puerta y de banda a banda, demostró, por enésima vez, que su valía para defender este escudo nos puede dar muchas alegrías. Quizás por eso anunciaba hoy en Radio Club su renovación. La noticia, por desgracia, no es la renovación en sí, sino que se haga algo bien y a tiempo desde el club, algo poco habitual. Lástima que no haya pasado lo mismo con Bruno. Lo de Ayoze, igual que él, quizás sea caso aparte.

Mientras, en la grada, 11.554 espectadores disfrutaban plácidamente al ver que los minutos pasaban y la victoria se mantenía en el marcador. Caras nuevas a los alrededores, síntoma de que empiezan a subirse al carro algunos que hasta ahora no habían pasado por el Heliodoro. El mérito de esos pocos asientos más ocupados no tiene más responsables que iniciativas como #Todosal HRL o #apagalatele, provenientes de jóvenes medios de la isla (Tiembla Heliodoro y El Dorsal) que, bajo mi punto de vista, hacen más por llenar el estadio que el invento TOP de la propia entidad.

Y así, bajo un sol abrasador y con la segunda mejor entrada de la temporada, sumado a las ‘pifias’ de los de arriba, el Tenerife duerme otra semana más en puestos de play off. Con un ojo en el verde, el otro, en la tabla.

A los que dudábamos, esos que por el mes de octubre nos tirábamos de los pelos, nos han dado una lección. Porque igual, con unión, esfuerzo e ilusión, las cosas son posibles.

A estas alturas, y con los deberes prácticamente hechos, soñar es tanto un derecho como una obligación, conocida la economía del club. No será un fracaso si no se consigue, no tendrá que saltar ninguna alarma si, clasificándonos, caemos en la primera o segunda ronda. Pero habrá que morir matando.

Soñemos bonito, soñemos dormidos y volvámoslo a hacer despiertos. Porque, como diría mi querido Juan Luis Guerra… este equipo anda Buscando visa para un sueño.

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