La comunión afición-equipo, imprescindible para afrontar la recta final. Foto: Tiembla Heliodoro |
Casi 14.000 personas, entre fieles y profesionales del arte del balón, así como técnicos y políticos 'meapuntoatodo', esperaban ayer en una parada con destino al sueño del playoff, al infinito del ascenso. Cupieron todos cuando llegó, a las 17.00 en punto en una tarde de claros y nubes , y Tenerife empezó la noche con una multitud subida al tren...y sin ninguna intención de tocar el timbre para
bajar.
En la estación 'Heliodoro', los chicos de Cervera
ni se lo pensaron: volvieron a apearse con ímpetu y parece que no se bajarán
hasta la última parada. La Liga, a la que le restan siete finales no aptas para
cardiacos, está más viva que nunca para los intereses blanquiazules.
Y es que, como decía el míster al término del encuentro, lo
que estos chicos se proponen, lo consiguen. Pintaba la tarde fea en un
Heliodoro más lleno, más ruidoso y más colorido de lo habitual, cuando los nenes de oro decidieron darle la vuelta. Si el Numancia remontaba, ellos lo volverían
a hacer. Así fue.
Primero el niño de la casa se marcaría una jugada de las
suyas para que Aridane marcase su golito. Juanjo y Rivero serían los de los
golazos esta vez. El partido, menos plácido que los dos últimos en casa, menos
vistoso, pero mucho más emocionante para todos. Entre vagón y vagón, habrían recuerdos sonoros, comúnmente conocidos como pitos, para los ex blanquiazules Julio Álvarez y Natalio.
La grada fue una fiesta, las caras de los jugadores y el
cuerpo técnico lo decían todo. Ponerse encima de Las Palmas en la tabla era una
cuestión bonita a la vista, pero nada más. Los tres puntos conseguidos cuando
falta una jornada menos son el billete al paraíso que esta gente se ha pagado
con su sudor cada domingo.
Tan bonito como inesperado lo que está haciendo este
Tenerife. Rompiendo los esquemas de cualquiera, llegando más allá de lo que se
le pedía y generando ilusión a raudales.
Lo decía la jornada pasada. No nos encontramos ante una
obligación. No van a rodar cabezas si no ascendemos, nadie tendrá por qué
sentirse decepcionado si en la 14/15 no jugamos en la liga de los grandes. Pero debemos ser realistas.
Si bien esto era un sueño inalcanzable el pasado mes de
octubre, ahora lo podemos tocar con la punta de los dedos. El fútbol, como decía
Valdano, son estados de ánimo, y el de nuestro Tete, ahora mismo, se podría
definir como inmejorable.
Por eso, con la oportunidad ante nuestros ojos, debemos
tratar de aprovecharla. Por que no sabemos cómo de cara va a estar la Segunda
el próximo año, porque todos conocemos lo vacías que están las arcas económicas
del club, porque tirar una oportunidad así sería una absoluta locura. Lo bueno
es que este equipo humano,- no hablo de club-, ha demostrado que quiere más y
que, lo mínimo que podemos hacer los que no podemos hacer nada más que gritar y
aplaudir, es confiar.
A esto, exactamente, me refería con lo de que el #derechoasoñar
se había convertido en obligación. Obligación no de conseguirlo al 100%, pero si
de lucharlo con uñas y dientes, de no desaprovechar esta ocasión que el
destino, el trabajo, y el esfuerzo, nos ha puesto delante. Poner TODOS de
nuestra parte, en el verde y fuera de él.
Seguir soñando, seguir disfrutando. Aceptar que nuestra
parada está más lejos de lo que imaginábamos al tomar este tren, y hacer que
las rosas y espinas del camino se conviertan, al final del mismo, en esa
sensación de haberlo dado todo. Sigamos soñando, sigamos luchando. Partido a
partido, que dicen los que saben de esto.
PD: No me olvido de Cristo Martín, quien probablemente se pierda lo que resta de temporada por lesión. ¡Ánimo campeón!
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